Hambre y revolución


Ha pasado un día entero y aún no ha sentido en su boca el dulce sabor de alimento alguno. Prefiere pensar en otra cosa, embolatar el hambre, en eso se ha vuelto experto. Piensa que no será la primera ni la última vez que toque su cama sin haber comido; por eso tiene la convicción que este mundo desigual necesita cambiarse. Cierra los ojos y trata de enfocarse en el ahora, en sus tareas; esas con las que cree logrará una sociedad sin clases ni privilegios para unos pocos. Pero las fuerzas se van acabando, la agonía en el estómago se hace más fuerte y aunque las convicciones se mantienen firmes, el instinto de sobrevivencia lo mueve.

Un guerrero más dimite de la lucha por un mundo nuevo, una victoria más del capitalismo y las políticas neoliberales que usan el hambre y la pobreza como estrategia de guerra, un opositor más callado, coptado, por que necesita sobrevivir.

La estrategia funciona. Cómo hacer la revolución cuando hay hambre, cómo cambiar este mundo cuando ese mundo nos mantiene al filo de la muerte? Y para los demás, para los que no tienen hambre y tienen el privilegio de comer, quienes no alcanzan a imaginar ni vivir la pobreza que aqueja a más de la mitad de la población, su mundo no necesita ninguna transformación. O acaso pueden solidarizarse por un mundo igual para todos? Sin privilegios, con equidad?






Otros mundos


Lo interesante de los encuentros es conocer nuevos mundos, esa exploración de un universo complejo que es el otro; 
es la aventura, la travesía para ir descubriendo qué lo compone, cómo y porqué vibra, qué lo moviliza y apasiona, 
y sobre todo saber qué lo hace soñar;
y así, en esos ires y venires de la búsqueda por ese otro, por entenderlo y reconocerlo,
se hallan los puntos que acercan y se reconocen los que alejan; 
siempre teniendo la certeza que en ese ejercicio dialéctico uno mismo se transforma, se reconoce, se nutre y crece.

Por esto siempre agradezco la oportunidad de conocer otros mundos, teniendo plena consciencia que pocos se exploran a fondo.


Gris

El cielo de esta tarde gris carga agua de melancolía...

Trinchera


Te ofrezco la trinchera de mis brazos
en el laberinto de los días,
mis dedos en su cuerpo
dibujando nuevos horizontes,
sólo requiero sus lunares como coordenada de destino,
preciso de sus ojos ámbar como candil,

Tengo para vos mi amor libre y profundo para guarecernos del mundo.


Como se siente una mujer

Tomado del Blog de Matina:

Este artículo es una traducción del portugués del texto 'Como se sinte uma mulher' escrito por la brasilera Claudia Regina para la revista virtual para hombres 'Papo de Homens', publicado el 22 de Mayo de 2013. El texto fue leído por más de 600.000 mil personas en menos de 2 días y tuvo más de 3200 comentarios que tuvieron que ser reprimidos por la página ya que estaban sobrecargando el servidor.

“Do you know what it feels like for a girl?
Do you know what it feels like in this world?”
Madonna

Pasó ayer. Salgo de aeropuerto. En una caminada de diez metros, solo veo hombres. Taxistas afuera de los carros conversando. Funcionarios con camisetas “¿Puedo ayudar?”. Un hombre con corbata, su maletica y el celular en la mano. Hombres diversos, regados en esos 10 metros de camino. Al andar esos diez metros, me siento como una gacela paseando entre leones. Soy mirada por todos. Medida. Analizada. Mi cuerpo, mis nalgas, mis senos, mi cabello, mis zapatos, mi barriga. Todos están mirando.

Autorretratos de Claudia Regina, la autora del texto.


Pasó cuando yo tenía 13 años. Practicaba un deporte todos los días. Salía del centro de entrenamiento y caminaba alrededor de 2 cuadras hasta la parada del bus a las seis de la tarde. Caminaba por el corredor casi vacío al lado de una gran vía. De esas caminadas me acuerdo dos momentos memorables de esta violencia urbana. Carros que pasaban más lento a mi lado, y adentro se oía una voz masculina: “¡Estás buena!”. Hombres solos que cruzaban el corredor, miraban para atrás y decían: “Que delicia”. Yo tenía 13 años. Usaba pantalones largos, tenis y camiseta.

Ahora multiplique eso por todos los días de mi vida.

Sé que para los hombres es difícil entender como eso puede ser violencia. Nosotras mismas, mujeres, nos acostumbramos y dejamos eso así. Nosotras nos acostumbramos para poder vivir el día a día.

Estos días, estaba sentada en la playa viendo el mar, y de él salió una joven. Pasó por el lado de un tipo que le dijo algo. Ella se alejó y caminó en dirección a mí. Le dije “Buenas noches”, ella dijo que el agua estaba deliciosa y hablamos un poco. Le pregunté si el tipo le había dicho alguna estupidez. Ella me dijo: “Sí, pero estamos tan acostumbradas ¿Cierto? Ignoramos esas cosas automáticamente”

El privilegio es invisible. Para el hombre sólo es posible ver el privilegio si hay empatía. Intente imaginar un mundo donde, por cinco mil años, todos los hombres fueran subyugados, violentados, asesinados, limitados, controlados. Intente imaginar un mundo donde por cinco mil años, sólo mujeres fueran científicas, físicas, jefes de policía, matemáticas, astronautas, médicas, abogadas, actrices, generales. Intente imaginar un mundo donde por cinco mil años ningún representante de su género haya sido destacado, en la televisión, en el teatro, en el cinema, en el arte. En la escuela, usted aprende historia hecha por mujeres, la ciencia hecha por mujeres, el mundo hecho por las mujeres. 



En su texto “Una habitación propia”, Virginia Woolf describe por qué sería imposible para una hipotética hermana de Shakespeare escribir de forma genial como él. Woolf dice:

“Cuando leemos sobre una bruja siendo quemada, una mujer poseída por demonios, una mujer sabia vendiendo hierbas, creo que estamos mirando para una escritora perdida, una poeta anulada.”

Desde el inicio del patriarcado, hace 5 mil años, las mujeres no tuvieron libertad suficiente para ser científicas o artistas. Woolf explica:

“Libertad intelectual depende de cosas materiales. Y las mujeres fueron siempre pobres, no por 200 años solamente, mas desde el inicio de los tiempos”.

Ese argumento no sirve solamente para mujeres: negros, pobres y otras minorías no podrían ser geniales poetas pues, para eso, es necesario libertad material.
(Para un análisis más completo recomiendo : “Um teto todo seu” deVirgínia Woolf: A produção intelectual e as condições materiais das mulheres.)



Aunque el mundo esté en proceso de cambio, todavía existen menos oportunidades y reconocimiento para que las mujeres y las minorías ejerzan cualquier ocupación intelectual. Lectores de una página en Facebook sobre ciencia todavía suponen que su autor es hombre y comentaristas de televisión no consideran las manifestaciones culturales que vienen de lafavela como cultura de verdad. 

Es cierto: Hoy la vida es mucho mejor, principalmente para la mujer occidental como yo. Pero, aunque soy una mujer libre y exitosa, viviendo en una metrópolis cultural, todavía siento en la piel las consecuencias de estos cinco mil años de opresión. Y si usted quiere ver esa opresión, no necesita ir a los libros de historia. Sólo tiene que prender la televisión.

Rio de Janeiro, 2013. Una pareja es secuestrada en una van. Las secuestradoras se colocaron un strap-on sucio, oliendo a mierda y moho, y violaron al muchacho. Todas ellas, una a una, metían aquella picha enorme en el culo del joven, sin condón, ni lubricante. La novia, pobrecita, intentó hacer algo, pero la cogieron y le dieron golpes.

Al ver la noticia, ¿Usted se coloca en el lugar de la víctima (que sufrió de las peores violencias físicas y psicológicas existentes) o en el lugar del que vio? Naturalmente cambie los géneros, la violencia real pasó con una mujer.

¿Cuántas violencias sufro sólo por ser mujer?



En la infancia no me dejaron ser scout por no era cosa de niñas. Fui violada a los ocho años (Yo y por lo menos dos tercios de las mujeres que conozco y que usted conoce sufrieron una violación y probablemente no le contaron a nadie). Sufrí la adolescencia entera por no comportarme de manera femenina. Por no tener senos. Por no tener cabellos largos y lisos. Desde siempre tuve mi sexualidad reprimida por mi familia, por la sociedad y por los medios. Cualquier cosa decepcionante que hiciera sería motivo para ser llamada de vaga.

En uno de los primero empleos escuché que las mujeres no trabajan tan bien porque son muy emocionales y sufren de síndrome premenstrual (SPM). En otro empleo mi jefe me dijo que mi cabello estaba feo y me pagó un salón de belleza para ir hacerme el blower y estar más presentada para los clientes. Decidí que no quiero ser esclava de la depilación y soy mirada diariamente con asco cuando me pongo shorts o blusitas sin mangas. He usado muchos maquillajes sólo porque la televisión y la publicidad muestran mujeres maquilladas, y por lo tanto es muy común sentirnos feas de cara limpia. Usted, hombre ¿Sabe lo que es el maquillaje? Hay un producto para dejar la piel homogénea, uno para esconder ojeras, otro para esconder manchas, otro para dejar los cachetes colorados, otro para destacar las cejas, otro para destacar las pestañas, otro para colorear los párpados, otro para colorear los labios. ¿Cuántas veces pasó usted tantos productos en la cara sólo porque su jefe o su ‘primer encuentro’ lo van a ver feo con la cara limpia?

Cuando estoy en el metro procuro un lugar seguro para evitar que alguien me roce. ¿Usted hace eso? Cuando voy a reuniones de familia, me preguntan porque estoy tan flaca, y lo que hice con el cabello y si tengo novio. A mi primo, le preguntan qué está estudiando y en qué está trabajando. En la televisión el 90% de las propagandas me denigran. Casi ninguna película me representa o pasa el Test de Bechdel. Todas las mujeres son mostradas con ropa sexy, igual que las heroínas que se supone que deberían estar usando ropa cómoda para las batallas. Las revistas me enseñan que el objetivo en la cama es agradar al hombre.

Mientras usted, hombre, comparaba su pene con el de sus amiguitos, a mí, mujer, me enseñaban que masturbarse era muy feo y que si usaba faldas cortas no me estaba dando a respetar. ¿Cuánto tiempo me demoré para librarme de la represión sexual y convertirme en una mujer que le gusta tirar? ¿Cuánto tiempo me demoré para para soltarme en la cama y conseguir venirme, mientras varias de mis compañeras continúan preocupándose por si su pareja está viendo la celulitis o el gordito de la cintura y por eso no consiguen llegar al orgasmo? ¿Cuánto tiempo demoré para conseguir mirar una verga y tirar con la luz prendida? ¿Cuántas veces escuché mientras manejaba un “tenía que ser mujer”? Todo eso para que al final del día, cuando voy acompañada a un restaurante a cenar, no reciba la cuenta después de que la pido, pues desde hace 5 mil años soy considerada incapaz. Y todo eso ¡Coño!, para escuchar que estoy exagerando, que ya no existe el machismo.

Eso es un resumen de lo que sufro o corro el riesgo de sufrir todo el día. Yo, mujer blanca, hétero, clase media. La negra sufre más que yo. La pobre sufre más que yo. La oriental sufre más que yo. Pero todas nosotras sufrimos del mismo mal: Ningún país del mundo trata a sus mujeres tan bien como a sus hombres. Ninguno. Ni Suecia, ni Holanda, ¡ni Islandia! En todo el mundo civilizado sufrimos de violencia, tenemos menos acceso a la educación, al trabajo o a la política.

En todo el mundo somos todavía hermanas de Shakespeare.
***
¿Y usted, lector hombre, cuando es abordado por un tipo de forma hostil en la calle, piensa “por favor, no se lleve mi celular” o “por favor no me viole”?



Y Dios me hizo mujer

Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos, nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.

Eva advierte sobre las manzanas


                                                 "Allí te quedo en el pecho,
                                            por muchos años me goces"
                                                                                         C.M.R.


Con poderes de Dios
-centauro omnipotente-
me sacaste de la costilla curva de mi mundo
lanzándome a buscar tu prometida tierra,
la primera estación del paraíso.

Todo dejé atrás.
No oí lamentos, ni recomendaciones
porque en todo el Universo de mi ceguera
solo vos brillabas
recortado sol en la oscuridad.

Y así,
Eva de nuevo,
comí la manzana;
quise construir casa y que la habitáramos,
tener hijos para multiplicar nuestro estrenado territorio.
Pero, después,
sólo estuvieron en vos
las cacerías, los leones,
el elogio a la soledad
y el hosco despertar.

Para mí solamente los regresos de prisa,
tu goce de mi cuerpo,
el descargue repentino de ternura
y luego,
una y otra vez, la huida
tijereteando mi sueño,
llenando de lágrimas la copa de miel
tenazmente ofrecida.

Me desgasté como piedra de río.
Tantas veces pasaste por encima de mis murmullos,
de mis gritos,
abandonándome en la selva de tus confusiones
sin lámpara, ni piedras para hacer fuego y calentarme,
o adivinar el rumbo de tu sombra.

Por eso un día,
vi por última vez
tu figura recostada en el rojo fondo de la habitación
donde conocí más furia que ternura
y te dije adiós
desde el caliente fondo de mis entrañas,
desde el río de lava de mi corazón.

No me llevé nada
porque nada de lo tuyo me pertenecía
-nunca me hiciste dueña de tus cosas-
y saliste de mí
como salen -de pronto-
desparramados, tristes,
los árboles convertidos en trozas,
muertos ya,
pulpa para el recuerdo,
material para entretejer versos.

Fuiste mi Dios
y como Adán, también
me preñaste de frutas y malinches,
de poemas y cogollos,
racimos de inexplicables desconciertos.

Para nunca jamás
esta Eva verá espejismos de paraíso
o morderá manzanas dulces y peligrosas,
orgullosas,
soberbias,
inadecuadas
para el amor.

Desnúdate!

El 23 de octubre de 2011, una estudiante de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Americana de El Cairo posa desnuda para su blog con el objetivo de luchar contra el sexismo y el acoso sexual, lacra del Egipto actual.

Para el 8 de Marzo de 2012 feministas del mundo entero posan desnudas para aocmpañar este acto...

Click Aqui para ver las imágenes de cada una de ellas!





Alena Magelat, - Foto: © Vitaly Pavlenko
 Miembro del movimiento Femen(Ucrania):

 “Nuestro cuerpo desnudo desafía al patriarcado, a la dictadura y a la violencia. Inspiramos a los intelectuales; los dictadores están aterrorizados.
Mujeres del mundo entero, “venid, desvestíos, ganad!”.


Mi Revolucion!


sin vestiduras que te cubran, transparente, limpia, orgullosa... sin pudores ni prejuicios!

Nu project

Un interesante proyecto que rescata nuestra desnudez...

ERES HERMOSA




http://thenuproject.com/

La lucha por los derechos de la mujer



LETRA 

Hay en la noche un grito y se escucha lejano
Cuentan al sur, es la voz del silencio
En este armario hay un gato encerrado
Porque una mujer, defendió su derecho

De la montaña se escucha la voz de un rayo
Es el relámpago claro de la verdad
En esta vida santa que nadie perdona nada
Pero si una mujer, pero si una mujer
Pelea por su dignidad

Te seguí los pasos niña
Hasta llegar a la montaña
Y seguí la ruta de Dios
Que las ánimas acompañan

Ay morena, morenita mía,
No te olvidaré

Virgen Hermosa, ruega por ella
Virgen cariñosa, ruega por ella
Virgen misericordiosa, ruega por ella

Reglas de juego para los hombres que quieran amar a mujeres mujeres


Gioconda Belli

I
El hombre que me ame
deberá saber descorrer las cortinas de la piel,
encontrar la profundidad de mis ojos
y conocer lo que anida en mí,
la golondrina transparente de la ternura.

II
El hombre que me ame
no querrá poseerme como una mercancía,
ni exhibirme como un trofeo de caza,
sabrá estar a mi lado
con el mismo amor
conque yo estaré al lado suyo.

III
El amor del hombre que me ame
será fuerte como los árboles de ceibo,
protector y seguro como ellos,
limpio como una mañana de diciembre.

IV
El hombre que me ame
no dudará de mi sonrisa
ni temerá la abundancia de mi pelo,
respetará la tristeza, el silencio
y con caricias tocará mi vientre como guitarra
para que brote música y alegría
desde el fondo de mi cuerpo.

V
El hombre que me ame
podrá encontrar en mí
la hamaca donde descansar
el pesado fardo de sus preocupaciones,
la amiga con quien compartir sus íntimos secretos,
el lago donde flotar
sin miedo de que el ancla del compromiso
le impida volar cuando se le ocurra ser pájaro.

VI
El hombre que me ame
hará poesía con su vida,
construyendo cada día
con la mirada puesta en el futuro.

VII
Por sobre todas las cosas,
el hombre que me ame
deberá amar al pueblo
no como una abstracta palabra
sacada de la manga,
sino como algo real, concreto,
ante quien rendir homenaje con acciones
y dar la vida si es necesario.

VIII
El hombre que me ame
reconocerá mi rostro en la trinchera
rodilla en tierra me amará
mientras los dos disparamos juntos
contra el enemigo.

IX
El amor de mi hombre
no conocerá el miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del enamoramiento
en una plaza llena de multitudes.
Podrá gritar -te quiero-
o hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho a sentir
el más hermoso y humano de los sentimientos.

X
El amor de mi hombre
no le huirá a las cocinas,
ni a los pañales del hijo,
será como un viento fresco
llevándose entre nubes de sueño y de pasado,
las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron separados
como seres de distinta estatura.

XI
El amor de mi hombre
no querrá rotularme y etiquetarme,
me dará aire, espacio,
alimento para crecer y ser mejor,
como una Revolución
que hace de cada día
el comienzo de una nueva victoria.


"La luz es como el agua"

Por:
Gabriel García Márquez


En Navidad los niños volvieron a pedir un bote de remos.

... -De acuerdo -dijo el papá, lo compraremos cuando volvamos a Cartagena.

Totó, de nueve años, y Joel, de siete, estaban más decididos de lo que sus padres creían.

-No -dijeron a coro-. Nos hace falta ahora y aquí.

-Para empezar -dijo la madre-, aquí no hay más aguas navegables que la que sale de la ducha.

Tanto ella como el esposo tenían razón. En la casa de Cartagena de Indias había un patio con un muelle sobre la bahía, y un refugio para dos yates grandes. En cambio aquí en Madrid vivían apretados en el piso quinto del número 47 del Paseo de la Castellana. Pero al final ni él ni ella pudieron negarse, porque les habían prometido un bote de remos con su sextante y su brújula si se ganaban el laurel del tercer año de primaria, y se lo habían ganado. Así que el papá compró todo sin decirle nada a su esposa, que era la más reacia a pagar deudas de juego. Era un precioso bote de aluminio con un hilo dorado en la línea de flotación.

-El bote está en el garaje -reveló el papá en el almuerzo-. El problema es que no hay cómo subirlo ni por el ascensor ni por la escalera, y en el garaje no hay más espacio disponible.

Sin embargo, la tarde del sábado siguiente los niños invitaron a sus condiscípulos para subir el bote por las escaleras, y lograron llevarlo hasta el cuarto de servicio.

-Felicitaciones -les dijo el papá ¿ahora qué?

-Ahora nada -dijeron los niños-. Lo único que queríamos era tener el bote en el cuarto, y ya está.

 
La noche del miércoles, como todos los miércoles, los padres se fueron al cine. Los niños, dueños y señores de la casa, cerraron puertas y ventanas, y rompieron la bombilla encendida de una lámpara de la sala. Un chorro de luz dorada y fresca como el agua empezó a salir de la bombilla rota, y lo dejaron correr hasta que el nivel llego a cuatro palmos. Entonces cortaron la corriente, sacaron el bote, y navegaron a placer por entre las islas de la casa.

Esta aventura fabulosa fue el resultado de una ligereza mía cuando participaba en un seminario sobre la poesía de los utensilios domésticos. Totó me preguntó cómo era que la luz se encendía con sólo apretar un botón, y yo no tuve el valor de pensarlo dos veces.

-La luz es como el agua -le contesté: uno abre el grifo, y sale.

De modo que siguieron navegando los miércoles en la noche, aprendiendo el manejo del sextante y la brújula, hasta que los padres regresaban del cine y los encontraban dormidos como ángeles de tierra firme. Meses después, ansiosos de ir más lejos, pidieron un equipo de pesca submarina. Con todo: máscaras, aletas, tanques y escopetas de aire comprimido.

-Está mal que tengan en el cuarto de servicio un bote de remos que no les sirve para nada -dijo el padre-. Pero está peor que quieran tener además equipos de buceo.

-¿Y si nos ganamos la gardenia de oro del primer semestre? -dijo Joel.

-No -dijo la madre, asustada-. Ya no más.

El padre le reprochó su intransigencia.

-Es que estos niños no se ganan ni un clavo por cumplir con su deber -dijo ella-, pero por un capricho son capaces de ganarse hasta la silla del maestro.

Los padres no dijeron al fin ni que sí ni que no. Pero Totó y Joel, que habían sido los últimos en los dos años anteriores, se ganaron en julio las dos gardenias de oro y el reconocimiento público del rector. Esa misma tarde, sin que hubieran vuelto a pedirlos, encontraron en el dormitorio los equipos de buzos en su empaque original. De modo que el miércoles siguiente, mientras los padres veían El último tango en París, llenaron el apartamento hasta la altura de dos brazas, bucearon como tiburones mansos por debajo de los muebles y las camas, y rescataron del fondo de la luz las cosas que durante años se habían perdido en la oscuridad.

En la premiación final los hermanos fueron aclamados como ejemplo para la escuela, y les dieron diplomas de excelencia. Esta vez no tuvieron que pedir nada, porque los padres les preguntaron qué querían. Ellos fueron tan razonables, que sólo quisieron una fiesta en casa para agasajar a los compañeros de curso.

El papá, a solas con su mujer, estaba radiante.

-Es una prueba de madurez -dijo.

-Dios te oiga -dijo la madre.

El miércoles siguiente, mientras los padres veían La Batalla de Argel , la gente que pasó por la Castellana vio una cascada de luz que caía de un viejo edificio escondido entre los árboles. Salía por los balcones, se derramaba a raudales por la fachada, y se encauzó por la gran avenida en un torrente dorado que iluminó la ciudad hasta el Guadarrama.

Llamados de urgencia, los bomberos forzaron la puerta del quinto piso, y encontraron la casa rebosada de luz hasta el techo. El sofá y los sillones forrados en piel de leopardo flotaban en la sala a distintos niveles, entre las botellas del bar y el piano de cola y su mantón de Manila que aleteaba a media agua como una mantarraya de oro. Los utensilios domésticos, en la plenitud de su poesía, volaban con sus propias alas por el cielo de la cocina. Los instrumentos de la banda de guerra, que los niños usaban para bailar, flotaban al garete entre los peces de colores liberados de la pecera de mamá, que eran los únicos que flotaban vivos y felices en la vasta ciénaga iluminada. En el cuarto de baño flotaban los cepillos de dientes de todos, los preservativos de papá, los pomos de cremas y la dentadura de repuesto de mamá, y el televisor de la alcoba principal flotaba de costado, todavía encendido en el último episodio de la película de media noche prohibida para niños.








Al final del corredor, flotando entre dos aguas, Totó estaba sentado en la popa del bote, aferrado a los remos y con la máscara puesta, buscando el faro del puerto hasta donde le alcanzó el aire de los tanques, y Joel flotaba en la proa buscando todavía la altura de la estrella polar con el sextante, y flotaban por toda la casa sus treinta y siete compañeros de clase, eternizados en el instante de hacer pipí en la maceta de geranios, de cantar el himno de la escuela con la letra cambiada por versos de burla contra el rector, de beberse a escondidas un vaso de brandy de la botella de papá. Pues habían abierto tantas luces al mismo tiempo que la casa se había rebosado, y todo el cuarto año elemental de la escuela de San Julián el Hospitalario se había ahogado en el piso quinto del número 47 del Paseo de la Castellana. En Madrid de España, una ciudad remota de veranos ardientes y vientos helados, sin mar ni río, y cuyos aborígenes de tierra firme nunca fueron maestros en la ciencia de navegar en la luz.

Primer Círculo de Mujeres

El origen:
Hace más de dos años pensaba en un lugar donde las mujeres pudieran reunirse y compartir saberes, me he sentado muchas veces con cuaderno en mano a crear mi Centro de Mujeres que alguna vez llamé "El Refugio". Imagine actividades, espacios y hasta los dibuje en mi libreta... pero para llegar a "materializarlo" pasó mucho tiempo y tuve que tener  muchos aprendizajes internos. 


25 de enero de 2012


Por primera vez 10 mujeres se sentaron en un círculo para ser parte activa de ese sueño.


Hoy fui consciente que para empezar, solo se necesita tener la voluntad, el conocimiento esta en cada una de nosotras, y nuestra naturaleza nos hace querer compartirlo con las demás; el espacio físico que antes tanto me preocupaba no debe ser tan elaborado como me lo imaginaba y una simple sala con un tapete y cojines fue perfecto para lo que quería; que bonita experiencia fue verlas a todas aportando desde sus saberes, queriendo acompañar y guiar a la otra en su búsqueda interior.


Seguramente cada vez se sumarán más mujeres a este Círculo, nuevos temas, enseñanzas y experiencias se compartirán; por ahora un recuento de lo que fue este primer círculo.


MEDITAR CON MANDALAS
(Gracias a Laura que nos compartió sus mandalas)


Empezamos en un proceso creativo interno, exteriorizando lo que llevamos dentro con colores y meditando, dejando que los pensamientos fluyeran para sanar desde el inconsciente, para encontrarnos; para obtener al final unas hermosas creaciones que nos mostraron todo el arte que hay en nosotras y lo que podemos crear. Después compartir los alimentos; frutas, galletas, panes y chocolate... y finalizar con una retroalimentación muy interesante, donde cada una, ya sintiéndose cómoda con las demás mujeres presentes, pudo aportar a la conversación su sentir, saber o inquietud.


Creo que este primer círculo superó mis expectativas, me encantó darme cuenta que muchas son las mujeres que están en una búsqueda y que juntas podemos acompañarnos en esos caminos; que comunicarnos y traspasar barreras fue posible y que al final se sentía un ambiente de fraternidad. 


De este primer círculo sale un ejercicio propuesto por todas, después de haber compartido vivencias y conocimientos:


La idea como tal es empezar a conectarnos con lo que nos dice nuestro inconsciente mientras soñamos, e inducir a un sueño apacible y con intención; a través de una meditación activa con mandalas antes de dormir:


1. Consigue una bitácora de sueños

2. Imprime mandalas pequeños para pintar cada noche

3. Antes de dormir bañate física o mentalmente para que los pensamientos fluyan, recuerda tu
 
día desde lo último que viviste hasta el momento en que te despertaste.

4. Prepárate para dormir y pinta tu mandala... (Intentando siempre tener tu mente en blanco y 

sin detenerse en ningún pensamiento)

5. Al finalizar escribe la intención que quieres que tu sueño devele... (alguna pregunta, deseo)

6. Al despertar quédate con la cabeza quieta y trata de recordar tus sueños

7. Escribelos en tu bitácora y pega el mandala de la noche anterior.


Hay temas pa largo, inquietud por conocer y buscar... Bienvenidas a todas las mujeres que 

quieren ser parte de este Circulo y por que no?, bienvenidos todos los nuevos Círculos de 

Mujeres. Para aquellas que no están en Medellín, q este sea una motivación para entender que

 si nos unimos es más fácil y posible crear y transformar(nos)... y que no se necesita mucho, 

solo voluntad; el saber está en nosotras, cada mujer está en su  búsqueda y te sorprenderás 

que muy probablemente es la misma tuya.

Queremos flores!!!



FLORES MANDALAS
 San Pedro - Antioquia
Finca la Pastora